lunes, 10 de noviembre de 2014

Dado que ya en escrito las razones del blog en las primeras cuatro publicaciones, le comentaré los coros y rangos angelicales así como también las jerarquías demoniacas y rangos demoniacos, así como algunos de sus títulos.
Empezando por Dios (que se supone que es la cabeza de todo esto) los coros angelicales son los siguientes y están divididos en tres jerarquías.
Primera Jerarquía:
Serafines: La palabra “Serafín” viene del vocablo griego “séraph” que significa consumir o quemar, “los ardientes”. Son básicamente el coro angelical con mayor poder, aunque dicho poderío sólo puede ser superado por algún miembro de otro coro con alguna gratificación de Dios (como es el caso de Miguel. Los serafines se caracterizan por tener tres pares de alas, con uno de cubren el rostro, con el segundo par vuelan y con el tercero se cubren los pies, el primer par les cubre el rostro porque son tan bellos que sólo Dios tiene el privilegio de verlos al rostro y el tercero se debido a que significa la humildad hacia Dios. Su nombre probablemente sea debido a que generalmente se aparecen en forma de fuego muy brillante, cuya luz es más intensa que la del sol, además de que ellos son los causantes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, es decir que no eran meteoritos o bolas de fuego que caían del cielo, sino serafines “bombardeando” esas zonas.
Querubines: Su nombre viene del vocablo hebreo “chérub”. Son ángeles llenos de ciencia y sabiduría. Sirven ante el trono del Altísimo y con todo el conocimiento que se les ha otorgado tienen el don de entender la verdad. Su morfología es característica por tener dos pares de alas (aunque creo que se les ridiculiza al ser representados como bebés con alas) y ser de apariencia bellísima pero de fuerza notable. En algunos textos, Ezequiel describe a un grupo de querubines con ojos en todo su cuerpo y con cuatro cabezas (de águila, de toro, león y hombre). Fue precisamente un miembro de este coro de ángeles, a quién Dios le otorgó la tarea de cuidar al Edén con una espada de fuego para que ni Adán ni Eva pudiesen volver al Edén.
Tronos: (De este coro no hay mucho que hablar)  se sabe que es el tercero más poderoso y que sostienen o están junto al trono de Dios y ayudan al ensalzarlo, además ayudan a los demás ángeles de una posición inferior.
Segunda Jerarquía:
Dominaciones: Como su nombre lo indica, son los ángeles que ejercen dominio sobre los demás coros angélicos y determinan sus cargos y ocupaciones.
Potestades: Son ángeles encargados de realizar las obras referentes al gobierno eclesiástico y secular conforme al mandato divino, haciendo milagros y acciones sobrenaturales.
Virtudes: Conservan el orden divino y humano. Son ángeles que aparten las fuerzas adversas y las acechanzas de los demonios o ángeles caídos o simplemente cualquier cosa que haga impedir los designios de Dios.
Tercera Jerarquía.
Principados: Ejercen dominio muy amplio y principal sobre las naciones, estados y distritos clericales. Son ángeles que distribuyen los dones espirituales.
Arcángeles: Son mandados por Dios para llevar un mensaje muy importante o realizar una labor relevante al lado de los hombres. En la Biblia se menciona a varios arcángeles cuyos títulos hace que sean incluso superiores que cualquier ángel a pesar que dichos ángeles estén en un coro o jerarquía más alta, algunos de ellos son Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Zadkiel, Chamuel, Jofiel, etcétera.
Ángeles: Son la última y con menor poder en todo el cielo, sin embargo son como los obreros de una empresa, dado que a pesar de que son los que menos influencia tienen pero son vitales para el mundo y el cielo. Básicamente son mensajeros cuya tarea es preservar el bien humano y guiarnos hacia la luz, y ahí es donde entran los afamados “ángeles custodios o de la guarda”.
Se cree que Dios selecciona a un ángel por cada humano para que lo proteja, lo ame, y lo guie por el camino de la luz hasta la gloria eterna. Se supone que estos ángeles son los que se llevan la peor parte de la humanidad, dado que si el libre albedrío de su humano es tan grande como para inclinarse más al vicio que a la virtud, al final el alma de este hombre irá a el infierno y su ángel junto con él, dado que falló en la misión que el Creador le encomendó.


A pesar de todo y de la rebelión de , millones de ángeles hacia su creador para ser expulsados a quemarse en el averno, Juan describe en uno de sus textos que hay tantos ángeles en el cielo que sería incalculable contarlos y que el sólo escuchar a un coro es suficiente para quedar aturdido.







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